Que el contrato prematrimonial no acabe con el amor Parte II

En la primera entrega de este tema aprendimos que un contrato prematrimonial no es una medida negativa entre las parejas, sino una forma de preservar su patrimonio y que puede favorecer a sus hijos.

Para esta segunda parte explicaremos cómo es el proceso para establecer el contrato prematrimonial y qué puede suceder si no se tiene uno.

¿Cómo empezar?

Una vez que quienes van a casarse ya se decidieron por uno, cada parte debe buscar un asesor legar experto en lo familiar y un asesor financiero para que les ayude a poner los términos y condiciones, lo que permitirá tener las reglas del juego más claras.

Con un buen acuerdo prematrimonial se puede garantizar el bienestar de los futuros hijos dentro del matrimonio, así como los del previo si es una unión de segundas nupcias, esto para establecer las obligaciones de cada miembro de la pareja con relación a las finanzas familiares dentro del marco legal, pues lo ideal es salir lo mejor parado posible, así como lo menos lastimado.

La finalidad es comunicar y delinear las expectativas en el hogar. Así podrás mantener al margen ciertas cosas que ganaste por esfuerzo propio antes del casamiento y que no estás dispuesto a perder si se disuelve la unión.

Por ejemplo, si compraste una casa en Los Cabos y decides que no lo quieres compartir con tu pareja, lo puedes dejar en claro desde el principio, pero si ya pasados los años deseas heredarlo a tus hijos o cónyuge el convenio se puede modificar.

Todo bien revisado

Recuerda que el contrato no es estático, siempre se puede reformular, por ello requiere que su redacción sea cuidadosa y puntual.

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Mediante el acuerdo se pueden designar a los hijos como beneficiarios de las pólizas/seguros que tengan. En caso de que desees el proteger a tus hijos sin que tu pareja intervenga, un fideicomiso es una buena idea con la finalidad de que estudien y vivan bien.

Ahora bien, asegúrate de que no queden cabos sueltos y ninguna cláusula viole la ley ni las políticas locales. Una vez redactado el convenio se puede especificar que se obtiene dentro de la unión y después de ella y en cuanto tiempo. ¿Ves cómo no es tan malo?

Vivir sin un acuerdo

Sin un acuerdo prenupcial, tú y tu cónyuge estarán sujetos a las leyes de separación de bienes del estado en el que vivan, esto quiere decir que puede que los bienes se dividan en un 50 y 50, lo cual no es buena idea si alguien dio de más y otro dio de menos o nada.

Por ejemplo, más allá del ámbito de pertenencia patrimonial, también se puede hacer un deslinde de deudas lo cual es bueno, te explicamos.

Digamos que contrajiste créditos y no pudiste pagarlos a tiempo y lamentablemente mueres, con un acuerdo prenupcial puedes aclarar este punto, donde estipulas que el endeudamiento es tuyo y no lo transmites a tu pareja.

En un caso así tú te estás haciendo cargo de los títulos de tal o cual pago o crédito pendiente y contigo se acaba la deuda, y esta no le sobrevive a tus seres queridos, en cambio sin un acuerdo, si te sucediera lo anterior, tu familia tendría que liquidar esa cuenta.

Por último, todo está sujeto a cambios, con esta herramienta tienes la posibilidad de preservar tus bienes y cumplir tus aspiraciones financieras en familia.

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