Toda empresa busca ser exitosa. Para esto, pretenden oportunidades y cerrar tratos que las harán millonarias. Sin embargo, muchas de ellas olvidan que la mejor inversión es en su capital humano.

Es perfectamente válido que busquen invertir en mayor capacidad tecnológica o excelentes instalaciones, pero posiblemente la mejor inversión no es esa, por lo que deben mirar a cada una de las personas que la integran para conseguir o superar los objetivos planteados.

Contrario a lo que se piense, una empresa no es una marca, producto o servicio, sino sus empleados, porque sin ellos detrás haciendo todo el trabajo, la organización simplemente no existiría.

Muchas empresas dejan a un lado las prestaciones; pero las vacaciones y licencia de maternidad, entre otros beneficios como buenos seguros médicos y acceso a planes de nutrición, salud y demás; hacen una gran diferencia por más inconexas que parezcan. Las empresas que cuidan a sus trabajadores, crean  trabajadores que cuidan a su empresa.

¿Esto qué tiene que ver?

Está comprobado que las personas que están satisfechas laboralmente y tienen “la camiseta puesta”, son más eficientes en su trabajo y son mejores en el ámbito laboral.

Asimismo, los empleados a los que les agrada su trabajo atraen a más clientes y satisfacen sus necesidades, además que les transmiten actitudes positivas.

En otras palabras, las empresas más fuertes son las que tienen empleados que se consideran valorados. Para probarlo únicamente hay que ver a algunas de las empresas más grandes en sus campos respectivos: Disney, Scotiabank, Google y Heineken, para mencionar pocas.

Si te interesa la idea de invertir en tu propia empresa y qué beneficios te brindará hacerlo, recomendamos el libro Creating We de la autora Judith Glaser, es un manual sumamente completo y simplificado de todo lo que se tiene que saber al respecto.