La autonomía nunca pasará de moda

Imagínate que un familiar, amigo, compañero de trabajo o algún conocido tenga a su disposición tu billetera con las tarjetas de crédito bancarias para comprar lo que se le venga en gana ¡Qué horror! Ahora qué pensarías si esto le sucede al Banco de México.

Pues esa misma historia de terror sucedió hace un par de décadas ni más ni menos que con el Banco de México. Es decir, los gobiernos en el poder podían meter mano a las reservas internacionales para financiar su gasto sin que hubiera alguna objeción.

Traigo a colación este tema porque recientemente me topé con un grupo de personas que opinaba que el Banco de México tenía muchísimo dinero ocioso en sus arcas.

Por lo que a su parecer era una buena idea que el gobierno tomara ese dinero y gastarlo en proyectos de infraestructura y programas sociales.

Estas personas que piensan así carecen de conocimiento sobre las funciones de un banco central, además de necesitar unas buenas clases de historia económica de México, pues los resultados fueron desastrosos en aquellas épocas.

¿Qué son las reservas internacionales?

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), son los recursos monetarios externos que se pueden disponer de forma inmediata y que están bajo el control del banco central.

Estas reservas deben estar en moneda extranjera convertible, en este caso, en dólares, para que puedan ser utilizadas sin restricciones para liquidar transacciones internacionales.

Las reservas internacionales están integradas en su mayoría por dólares y oro y se encuentran libres de cualquier obligación o impuesto, por lo que su disponibilidad no tiene ninguna restricción.

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Las cifras recientes del Banco de México muestran que las reservas internacionales están en 175 mil 500.7 millones de dólares, su mayor nivel desde finales de 2016.

¿Para qué sirven?

Garantiza el pago de las importaciones. Las reservas también pueden medirse en la cantidad de meses de importaciones que podría pagar un país con ellas, lo que refleja la capacidad de ese país de afrontar una catástrofe, ya sea por eventos naturales, económicas o sociales.

Refleja confianza a los prestamistas: Los organismos internacionales o grandes bancos de inversiones revisan el nivel de las reservas para evaluar el grado de confiabilidad de los gobiernos al momento de entregarles un crédito.

A menor grado de reservas aumenta el riesgo país y aumenta la tasa de interés a la que se contratan los préstamos; por lo que el servicio de la deuda en este caso se hace más costoso.

Estabiliza el tipo de cambio: Un mayor nivel de reservas es visto como indicador de fortaleza de la moneda, pues el banco central podrá intervenir ofertando parte de sus reservas en el mercado de divisas para preservar el valor de la moneda local. Un bajo nivel de reservas reduce el margen de maniobra para proteger a la moneda.

La importancia de la autonomía

Como ya vimos, las reservas internacionales tienen un papel muy importante en la estabilidad macroeconómica de nuestro país, y la autonomía del banco central es importante para proteger el uso inadecuado de éstas.

Como resultado de los altos niveles de inflación que causó la metida de mano del gobierno a las reservas del Banco de México en los años ochenta, desde abril de 1994 al Banco de México se le otorgó su autonomía.

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En términos prácticos, implica que el gobierno no puede exigirle al Banco de México otorgar crédito o imprimir billetes de manera descontrolada.

Esto garantiza el control ininterrumpido del banco central sobre el monto de billetes y monedas en circulación.

Es trabajo de todos cuidarla

Como recientemente lo dijo el exsubgobernador del Banco de México, Roberto del Cueto, en una rueda de prensa. “El cuidado de la autonomía nos corresponde a todos como mexicanos, todos debemos velar por que esto se preserve y debemos alzar la voz cuando alguien quiera profanarla».

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Jassiel Valdelamar

Jassiel Valdelamar

Soy economista egresado por la máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México, con amplios conocimientos en economía internacional, mercados financieros, política monetaria y finanzas públicas. Mi experiencia como analista y reportero en diferentes medios especializados sobre Economía, me ha llevado a darme cuenta que hace falta mucha educación financiera entre la población y que como economistas tenemos la obligación de poner un granito de arena en esta necesidad.

Felizmente casado y esperando a nuestro primer hijo.

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