Olvídate de la cartera y del monedero

Disminuir el uso del efectivo es una frase que escucharás con mucha frecuencia en los siguientes años, por lo que tal vez debas ir guardando tu cartera y el monedero.

Aunque en realidad la circulación de billetes y monedas, que técnicamente se conoce como el agregado monetario M1, progresivamente ha bajado.

Todavía es determinante en prácticamente todas las operaciones cotidianas sobre todo en las de bajo valor.

Objetivo del gobierno

Y como hemos compartido en entregas anteriores, existen muchos motivos y razones para reducir el uso de efectivo en la economía, pero sumaremos otros aspectos que tienen un fondo más económico y menos transaccional.

El primero es que usar menos dinero físico ayuda a combatir la informalidad al contar no sólo con registros de compras sino con una huella, por así decirlo, de las actividades de cualquier persona para cobrarle los respectivos impuestos.

Acelerar la transición

Menos efectivo en la economía es un objetivo que suena muy bien, pero es un reto mayor porque se necesitan generar no sólo condiciones sino una educación y cultura del uso y cuidado del dinero digital.

Pero el gobierno mexicano quiere acelerar el proceso y de hecho la Secretaría de Hacienda anticipó que ya trabaja en leyes que definitivamente cambiarían nuestra relación con los billetes y monedas.

La primera es que todos los pagos de gobierno serán únicamente por medios electrónicos; establecerán un límite máximo (que aún no se define) para la compra de bienes inmuebles y duraderos con dinero en efectivo.

Además, promoverán incentivos fiscales para que médicos, abogados, arquitectos y en general todos los profesionales independientes privilegien los pagos electrónicos.

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¿Estamos preparados?

La edición 2019 del Digital Monex Index que elabora en conjunto Citibank y el Imperial College London, ubicó a México en la posición 42 (en la edición anterior ocupamos la casilla 40).

Este índice se basa en una lista de 90 países ordenados conforme a su capacidad de adopción del dinero digital con base en cuatro factores:

1) El entorno institucional o leyes que promueven el uso.

2) La infraestructura y tecnología disponible.

3) Las soluciones disponibles del gobierno y las empresas.

4) La disposición y entusiasmo de consumidores, negocios y empresas de guardar sus carteras y monederos.

Donde está mejor posicionado el país es precisamente en el apoyo y soporte del gobierno.

Pero la historia es diferente cuando se analiza la posición de la disponibilidad de soluciones digitales y qué tan dispuestos están los actores de la economía para adoptar el dinero digital.

Planeación de largo plazo

La coordinación entre el gobierno y el sector financiero en conjunto es un elemento crucial que bien podría ayudar a acelerar el tránsito.

Sin embargo, necesariamente tiene que ser progresivo y con una visión de largo plazo para evitar que un objetivo de política pública distorsione o detenga el flujo normal de pagos y transacciones.

De esta manera, tan pronto como sea posible se incorpore a los trabajos la visión de los consumidores y el convencimiento de las ventajas reales de la transacción que no se logrará con medidas radicales y unilaterales.

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