Crónica de un fraude anunciado

Al filo de las 10:00 am recibí la primera llamada. Una voz amable de mujer me informó el intento de una compra de refacciones automotrices –dos faros–en un portal de Internet con mi tarjeta de débito; me proporcionaron todos mis datos, incluida la terminación del plástico. La mujer me explicó que la operación estaba detenida por seguridad. Esto para verificar que no se trataba de un fraude y para proteger el dinero de la cuenta.

Primer error

Aunque estaba consciente y al tanto de las noticias sobre los crecientes fraudes bancarios que se cometen luego de obtener la información confidencial de los clientes. La mezcla entre los detalles de la información y el número que aparecía en la pantalla del teléfono celular terminaron por convencerme. Pregunté entonces a la mujer qué medidas podría tomar para proteger mi información y sobretodo mi dinero.

Falsas promesas

Y así fue como recibí una serie de instrucciones. La primera fue que por seguridad tendría que cancelar la cuenta, la tarjeta, banca en línea para evitar que utilizaran mi información. La segunda fue que para cancelarlo tenía que leer al teléfono un escrito para validar ante el banco el trámite de baja de la cuenta y el alta de una nueva. La chica literalmente me dictó los párrafos que inocentemente escribí a mano en la primera hoja que tuve a la mano.

Ingeniosa treta

Y para hacer más rápido el cambio y evitar estar expuesto más tiempo al ataque, el escrito debía incluir el nombre del cliente, número de cuenta y el Número de Identificación Personal o NIP, y fue entonces cuando un destello de lucidez llegó a mi cabeza y decidí busca a mi asesor bancario para preguntarle. Desafortunadamente en ese momento no pude localizarlo, y leí al teléfono una primera carta y la chica colgó porque en esa primera lectura no había incluido mi NIP, pero en la segunda ocasión si lo dije fuerte y claro.

Inocente palomita

Prácticamente al mismo tiempo recibí dos anuncios del banco, el primero era el inicio de mi sesión en banca en línea y el segundo un retiro por 8 mil pesos, y minutos después en el desconcierto total mi asesor se comunicó conmigo y le conté detalles de lo que ya sabía era un vil fraude donde yo había sido el protagonista. Procedimos a bloquear realmente todas las cuentas y accesos para evitar que siguieran tomando mi dinero y tardíamente logramos el propósito.

Compartir experiencias

Seguramente conocemos a más víctimas de fraude no sólo mediante una llamada telefónica, sino por correo, redes sociales o algún sitio, práctica que no sólo crecen rápidamente sino que muta o se actualiza para evitar ser detectados y convencer más rápido a las presas. Pero existe una forma directa y fácil de conocer casos, compartir los propios y denunciar el fraude si fuera el caso, se trata del Portal de Fraudes Financieros que administra la Condusef y que con sólo escribir el número telefónico, la página falsa, la institución suplantada o el correo electrónico puedes tener acceso a toda la información relacionada con los casos y que te puede ayudar a evitar ser, como yo, una víctima más.

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