Mamá, te mando un ‘dinerito’

El 10 de Mayo es una fecha que no está marcada como descanso en el calendario oficial. Sin embargo los mexicanos hemos hecho de este día uno muy importante en términos de consumo, principalmente en restaurantes y tiendas departamentales. Pero más importante aún es que este día tiene implicaciones económicas positivas para el país que van más allá de una comida o un regalo para Mamá.

Me refiero a las remesas, pues de acuerdo con las cifras del Banco de México en los últimos 20 años. En el mes de Mayo se reciben casi 15 por ciento más de dólares que el promedio del resto del año. De hecho, de acuerdo con los economistas de BBVA Research, este mes no será la excepción. Ya que las remesas podrían alcanzar un monto histórico de tres mil 300 millones de dólares.

El Día de la Madre para los mexicanos que radican en Estados Unidos significa un incremento en el número de transferencias. Pues en 2018 ingresaron tres mil 150 millones de dólares solo en el mes de Mayo.

Más cifras:

  • De los 12 millones de inmigrantes mexicanos que viven en Estados Unidos, cerca de 8 millones pertenecían a la Población Económicamente Activa (PEA) en 2016, lo que es positivo para el envío de remesas hacia México.
  • En el país más de dos millones de hogares reciben remesas desde Estados Unidos.
  • En 2016 se recibieron 27 mil millones de dólares por remesas, similar a la cantidad de divisas obtenidas por Inversión Extranjera Directa, y superior a los ingresos por exportaciones de petróleo.
  • 7 estados concentraron la mitad de las remesas que llegaron al país: Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Estado de México, Oaxaca, Guerrero y Puebla.
  • Los municipios de Tijuana, Puebla, Morelia, Guadalajara y Culiacán son los que más reciben remesas.
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¿En qué gastan ese dinero?

Una gran proporción de estas remesas que reciben las familias mexicanas son destinadas para pagar la renta de la vivienda, alimentación, servicios como agua y luz.

De acuerdo con las cifras disponibles, las familias mexicanas receptoras destinan el 52.0 por ciento para alimentos y vestido, mientras que para el pago de deudas es un 41.0 por ciento, la compra de un vehículo es un 20.0 por ciento. Pero también hay otros gastos que tienen un menor porcentaje, como lo es salud, vivienda, entre otros.

La tecnología reduce los costos

Para nuestros paisanos que viven en el extranjero, enviar dinero a México puede ser una experiencia complicada y costosa, pues la mayoría suele utilizar los métodos del sector bancario tradicional y los servicios de transferencias monetarias.

El uso de servicios financieros para pagos transfronterizos resulta caro y estas comisiones suele pagarlas el remitente, lo que se traduce en menos dinero para enviar a la familia o los amigos.

Una opción menos costosa para los países latinoamericanos es el uso de tecnología financiera, como la banca móvil, para enviar dinero al exterior.

De acuerdo con un estudio del Fondo Monetario Internacional, los operadores móviles y el dinero móvil pueden enviar remesas con un costo relativamente bajo, alrededor de un 3 por ciento, frente a un costo de alrededor de 6 por ciento de las transferencias con proveedores de servicios financieros más tradicionales.

Si vas a recibir remesas…

Es importante que le preguntes a tu familiar la cantidad de dinero que envió y el tiempo que tardarás en recibirlo, en caso de que la transferencia sea por los medios tradicionales.

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Investiga qué empresas tienen sucursales o puntos de entrega cercanos a tu domicilio, para que no te expongas mucho tiempo en la calle con el dinero, además de que el transporte puede ser un costo también alto.

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Jassiel Valdelamar

Jassiel Valdelamar

Soy economista egresado por la máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México, con amplios conocimientos en economía internacional, mercados financieros, política monetaria y finanzas públicas. Mi experiencia como analista y reportero en diferentes medios especializados sobre Economía, me ha llevado a darme cuenta que hace falta mucha educación financiera entre la población y que como economistas tenemos la obligación de poner un granito de arena en esta necesidad.

Felizmente casado y esperando a nuestro primer hijo.

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