Ok, soy de esa generación que se sentaba en la mesa a escuchar pláticas de adultos y a menudo oía “ya casi me jubilo” y la respuesta inmediata a esa afirmación era “¿y cuánto te van a dar de pensión”.
A la corta edad de 10 años ni sabía y ni pensaba la importancia para lo que mi generación sería el ahorrar para el retiro.
Sí, a pesar de que a muchos de nosotros nos falta un largo camino por recorrer, nuestra generación se vio “afortunadamente” beneficiada por los errores de nuestros padres y abuelos: ellos vivieron y vieron como tronó el sistema de pensiones por parte del Seguro Social y a nosotros nos toca pagar el precio.
Cuando alguien trabaja, del salario que uno percibe, existe una parte que se descuenta para el Seguro Social y otra que aporta el patrón a ese Seguro Social para recibir salud por parte del gobierno y prepararte un retiro digno, entre otras cosas.
El gran problema fue que el sistema del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) colapsó al ser que estas aportaciones no eran suficientes para estar pagando “altas” pensiones al retiro, y que la gente (aunque suene frío) no fallecía cuando debía hacerlo, así que la pregunta del millón era: ¿o pagamos la salud pública o mantenemos a la gente de por vida después de su retiro?
Hablemos un poco en tiempo: Las personas que nacieron antes de 1970, trabajaron, y lo más importante, cotizaron o estuvieron dados de alta en el IMSS, son trabajadores que se jubilarán bajo la Ley del Seguro Social de 1973 (LSS-73). Estas personas ¿a qué tienen derecho y cómo lo consiguen?:
- Tendrán derecho a pensión vitalicia en pagos mensuales, con cargo al Gobierno Federal. Motivo por el cual, a nivel muy personal, considero que tronó el sistema.
- Para pensionarse, el mínimo de semanas requeridas es de 500 y la edad de 65 años o más.
- Esta pensión vitalicia, el IMSS la calcula de acuerdo con el salario promedio que el trabajador ganó en los últimos cinco años, anteriores a la edad al momento del retiro, y la pagará durante el tiempo que le quede de vida.
“La pagará durante el tiempo que le quede de vida”, “Pensión Vitalicia”, “con cargo al Gobierno Federal”.
Estas frases son impactantes para mí honestamente porque comentaba, contribuyeron a que una de las principales funciones del gobierno que es dar salud a su población, fuera dejada a un lado, para poder pagar estas pensiones #ForeverAndEver.
Así que el gobierno tomó la gran decisión que el retiro es y será responsabilidad de cada trabajador.
El 23 de mayo de 1996, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley del SAR (LSAR), para adecuar el funcionamiento de los Sistemas de Ahorro, iniciando así el 1° de julio de 1997 el nuevo, basado en que cada persona iba ser responsable de ahorrar para cuando se retirara.
Este ahorro lo iba a realizar por medio de las AFORES (Administradora de Fondos para el Retiro), donde esa parte que se le quitaba al trabajador por medio del IMSS y de la aportación del patrón, iba ser depositado en esta cuenta de inversión. Las AFORES reúnen una gran bolsa de esas aportaciones y lo invierten en diferentes portafolios de valores y renta fija con el fin de generar un rendimiento atractivo. Pero de nuevo, ya depende totalmente del trabajador y no de papá Gobierno.
Comparando, un trabajador que ganó en los últimos cinco años de su vida un promedio de tres salarios mínimos, cuando se jubile por la Ley del Seguro Social-73 en el 2035, recibiría una pensión mensual de 14,683 pesos. Pero para los que no les tocó elegir este esquema, si el promedio de sus ingresos durante su vida laboral es de tres salarios mínimos, su pensión será de 4,954 pesos.
¿Podremos vivir dignamente con esa cantidad de dinero?, la moneda está en el aire, por lo que a nuestra generación le tocó la rifa del tigre y somos los únicos responsables de pensar en cómo queremos vivir al final y planear desde ahora.
Sé de la actitud #YOLO, la del vive el presente, pero algún día el futuro será el presente y creo que nos gustaría vivirlo de buena manera.
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Francisco Orozco
Egresado del Tecnológico de Monterrey Campus Monterrey de la carrera de Contaduría Pública y Finanzas. En el 2009, trabajó en la consultora PriceWaterhouse Coopers en el área de Auditoría. En 2012 egresó de la maestría en Finanzas en la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.
Actualmente es Director Asociado y Profesor del Departamento de Contabilidad y Finanzas en el Tecnológico de Monterrey Campus Monterrey, coordinando la materia de Contabilidad Administrativa e inmerso en el diseño de proyectos en innovación educativa.