En las noticias a veces oímos hablar de paraísos fiscales y los asociamos con gente famosa o rica con sumas inimaginables de dinero. En Presty te explicamos qué son y para qué se utilizan.
Un paraíso fiscal es todo aquel lugar en el que se paga poco o nada de impuestos por ciertas actividades económicas, comparado con el resto del mundo.
En dichos lugares los regímenes tributarios son más permisivos, así como turbios, favoreciendo principalmente a los extranjeros más que a los locales.
Tal cuestión hace que un gran número de empresarios y compañías se sientan atraídas por la idea de cambiar su domicilio fiscal por el de dichas entidades, sin ni siquiera tener que vivir ahí.
Lo que hacen es que únicamente contribuyen a que el PIB local prospere, a cambio de que dicho paraíso mantenga la discreción bancaria a costa de ciertas influencias o cargos menores.
¿Cuál es el éxito de estos lugares?
Regularmente estos lugares cuentan reglas tributarias muy convenientes para todas aquellas personas que buscan la exención parcial o total del pago de impuestos.
De esta manera, dichas naciones fortalecen sus economías atrayendo dinero extranjero lo cual engrosa sus reservas de divisas y calidad de vida.
Otra gran motivación es que no existe la transparencia en el intercambio de información, lo cual hace difuso conocer el origen de la riqueza de los clientes o sus ganancias totales, pero ello también conlleva a que se fomente la corrupción entre otras faltas financieras.
Siendo casi siempre países muy pequeños cuyo PIB no es muy grande e inclusive puede que su mayor ingreso sea procedente del turismo.
A nivel internacional se han reconocido 46 países como paraísos fiscales y entre los que destacan por sus políticas de bienvenida al capital extranjero son: Antigua y Barbuda, Gibraltar, las Islas Caimán, Hong Kong, Islas Azores, Kuwait, Qatar, las Islas Malvinas, Panamá, Aruba, Luxemburgo, República Dominicana, Malta por mencionar los más comunes.
En cuanto a los particulares
Para las personas físicas, los paraísos fiscales ofrecen el camino más seguro para sus estrategias tributarias, ahí pueden depositar su dinero sin ser víctimas de la voracidad del fisco en sus países de origen.
En los paraísos fiscales se cuenta con el secreto bancario que les garantiza la discreción que necesitan al poner su dinero offshore sin requisitos formales.
Naturalmente en todo hay riesgos y al no estar bien documentados los particulares o empresas pueden ser víctimas de fraudes multimillonarios, así como ser ventilados ganando el oprobio internacional y local.
En general esta clase de opciones financieras no son malas siempre y cuando el capital no venga de dudosa procedencia como lavado de dinero, a la par de contar con la asesoría correcta.
