La obtención de recursos para determinado proyecto a veces es mejor hacerla a través del crowdfunding o colectas comunitarias en Internet. Aquí hablaremos de las limitaciones actuales de método.

Resumiendo, el crowdfunding es la capacidad de juntar dinero para un proyecto o servicio con varios tipos de capitales, siendo los más famosos el Capital Ángel, Donación y Recompensa, el objetivo es que un breve lapso consigas obtener recursos y echar andar tu negocio.

Muchos jugadores están entrando

Desde luego, las empresas grandes no se quedaron atrás y han utilizado este método de financiamiento para lucrar con él, por tales motivos las leyes mexicanas y algunos organismos internacionales decidieron frenar dichas posibilidades, para proteger a los inversores de fraudes y evasión de impuestos.

Algunas industrias que han decidido entrarle de lleno con el sistema de fondeo son las de bienes raíces y las desarrolladoras de software.

Debido a que las instituciones bancarias siempre ponen un límite a sus acreditados o desechan por completo el proyecto por considerarlo dudoso, ahí es cuando fondeadoras inmobiliarias crean su propio tablero de juegos.

Dichas fondeadoras establecen su propio código de reglas donde invitan a los inversionistas a convertirse en socios comprando acciones o bonos a buen precio cuando la obra aún está en proyecto.

De hecho, lugares como Portugal, Colombia e Italia están edificando con base a esta forma de financiamiento, naturalmente cada país ya ha asignado un tope en los montos admisibles en dichas plataformas exigiendo la total transparencia durante todo el proceso.

¿Freno en México?

Lo que México quiere hacer es frenar el uso de tales plataformas por el abuso del fondeo ya que las inmobiliarias compran participaciones a través de una deuda subordinada, lo cual se refleja en crecimientos exponenciales absurdos anualmente.

Pero en el caso de las startup’s se pretende que los préstamos sean de máximo 10 millones de pesos, lo cual es de extrañar ya que ni cuando las PYMES se acercan a los bancos solicitan tanto.

Tales cifras orillan al empresario maduro a fraccionar sus operaciones para obtener el recurso esperado, de modo que la inversión tenga que tomar tres partidas, el ahorro propio, crowdfunding y por último el crédito regular institucional.

En otras palabras, las leyes mexicanas buscan que la regulación dé la oportunidad a empresas de optar por la banca tradicional principalmente, y dejar los fondos de capital o el mercado bursátil para fondearse en menor medida, por ser tendencias no cimentadas o así lo sugiere la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

¿Pero representa esto un retroceso en materia económica actual ?

Para muchos expertos dichas inversiones al ser tan atractivas suelen ser de riesgo; al poner candados económicos se pretende que el mercado no se vea afectado ni diezmado.

Por otro lado, existen fuertes detractores quienes insisten en que obstaculizar al crowdfunding con montos límites sólo crea que los empresarios se sometan a la segmentación de sus intereses.

Debido a esto se ven obligados a buscar recursos entre un mundo de competidores y fondeadoras, teniendo en cuenta que muchas de ellas no están registradas y que pueden usarlas con fines de blanqueamiento de dinero.

Como vemos es muy difícil tomar posición alrededor de estos temas, pero sin duda es algo de mucha utilidad, así como la contraparte donde el riesgo y el fraude son algo latente, debemos seguir muy de cerca el curso legal sobre fondeo colectivo y el giro que puedan llegar a dar.