La RAE define la felicidad como el estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno, por eso siempre nos preguntamos si la podemos comprar.
El investigador de economía y comportamiento, Martín Tetaz, abarca estas preguntas y llega a una conclusión: el dinero te puede dar felicidad si eres pobre.
Si esto se aplica a la famosa pirámide de Maslow, que jerarquiza las necesidades humanas empezando por la supervivencia y terminando por la autorrealización, tiene todo el sentido del mundo.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando no nos preocupamos por alimentos, conseguir hogar u obtener un trabajo? Según Tetaz, el dinero nos deja de hacer felices. Tal vez nos emocionamos por obtener un mejor sueldo, pero nuestra habilidad de habituación hace que eventualmente nos acostumbremos y necesitemos más para ser “felices” un rato. Tetaz incluso postula que las personas que ganan la lotería tienen una felicidad fugaz.
¿Qué sí compra el dinero?
En su plática de TEDx, ¿Se puede comprar la felicidad?, Tetaz menciona que puede darnos la capacidad de soñar y la habilidad de financiar buenas experiencias.
Las personas son más felices anticipando una experiencia en la que han gastado o recordado algún momento preciado. También comenta que las personas alcanzan el pico de su infelicidad alrededor de los 40 años, y que los momentos de mayor felicidad generalmente son la infancia temprana y la vejez. Esto concuerda con su teoría si deducimos que la mediana edad es cuándo tenemos mayor responsabilidad financiera.
¿Entonces qué compramos cuando gastamos en un boleto de lotería? Tetaz nos convence de que la inversión realmente es para el breve momento, o incluso los pocos minutos, en los que todo es posible e imaginamos infinitas oportunidades.