En nuestros trabajos buscamos ser reconocidos porque esto puede conllevar crecimiento tanto en puesto como en salario, sin embargo, debemos cuidar la forma en la que nos dirigimos a nuestros superiores.
Todos queremos ser distinguidos, pero cuando se trata de hacerte notar por tu jefe, hay unos errores que debes evitar a toda costa:
Arrogancia
Hay una línea muy fina entre saber venderte como un empleado valioso y la altanería excesiva. Habla mucho mejor de una persona saber respetar cuando es momento de alguien más, que estropear esa oportunidad por haberlo percibido como amenaza.
Ser redundante
No es agradable escuchar una y otra vez todas tus historias de éxito cuando se presenta una oportunidad.
Una vez que la cuentas, ya se sabe y no es necesario contarla dos o tres veces más.
‘Sobreidentificarte’ siempre
Tener cosas en común es más que normal, pero intentar relacionarte en todo con tu jefe puede percibirse como ingenuo y pretencioso.
Sé tú mismo y únicamente comparte cosas que son ciertas de tus gustos, vida personal, etc. Te ahorrarás un gran malentendido y situación incómoda.
- Dejar que tus palabras hablen más fuerte que tus acciones
Si este es el caso, significa que tus acciones se están quedando cortas. Es mucho más notorio cuando lo que prometes no se está cumpliendo, así que aboga por ti mismo a través de tu desempeño.
Ser “demasiado” humilde
Hay de extremos a extremos. Es igual de malo negar tus propias fortalezas para no sonar arrogante, que ser arrogante. Practica aceptar cumplidos si esta es tu debilidad.
No tiene nada de malo decir “gracias” cuando algo se te reconoce. Tus superiores no tienen la obligación de levantar tu autoestima, así que, si te llegan a felicitar por algo, empieza a creer que es por tu propio mérito.