Conoce la divertida historia de los cajeros automáticos
Esta historia comenzó con un minuto de diferencia que impidió al británico John Adrian Shepherd-Barron cambiar su cheque en una sucursal bancaria londinense que cerraba a las 12:30 horas.
Un sábado de 1965, John llegó a las 12:31. Este inconveniente le molestó a tal grado que, esa noche, mientras se bañaba, pensó en que “debía haber una mejor manera de conseguir dinero cuando lo quisiera.
Pensaba en la máquina dispensadora de chocolate, donde el dinero fuese despachado a través de una ranura. “¡Eureka!”, se dijo a sus adentros.
Ese mismo año, John se encontró por casualidad con el director general del Banco Barclays quien estaba a punto de almorzar; entonces lo abordó y le dijo: «Dame 90 segundos».
Se apresuró a contarle su idea de colocar a través de la pared de las sucursales de Barclays una máquina que proporcionase efectivo en cantidades y con un procedimiento estándares. El Banco Barclays aceptó inmediatamente y el ejecutivo firmó contrato con Shepherd-Barron.
El lanzamiento del primer cajero
El modelo original, conocido entonces como hole in the wall (hoyo en la pared), fue instalado en la sucursal del Banco Barclays en Enfield, al norte de Londres, donde fue inaugurado el 27 de junio de 1967: el nacimiento del primer cajero automático.
El banco contrató para el lanzamiento del novedoso invento al comediante inglés Reg Varney, la primera persona en usar un cajero automático. La máquina entregó al comediante 10 billetes de una libra. ¿Por qué solamente diez libras?, Shepherd-Barron pensó en que era lo suficiente para un fin de semana muy divertido.
Como las tarjetas plásticas aún no existían, utilizaron un cheque, Barclaycash, impregnado con una substancia radioactiva, carbono 14, que la máquina podía detectar y, al introducir un PIN (o Número de Identificación Personal) de 4 dígitos, emitía el dinero.
El PIN lo estableció en 4 dígitos porque, sobre la mesa de la cocina, Shepherd-Barron lo consultó con su esposa, Caroline Murray, a quien dijo que aún podía recordar su número de seis cifras del ejército.
En cambio, ella le respondió que se le complicaba recordar seis números, pero que sí podía con cuatro. Es por ella que el estándar mundial de la clave de seguridad quedó establecido de esa manera.
Años después, en 1992, con motivo del 25 aniversario del primer ATM, una pequeña placa conmemorativa fue colocada en este lugar.
La historia alterna, al otro lado del mundo
Sin embargo, hay quienes aseguran que no fue Shepherd-Barron el precursor de los cajeros automáticos, sino un estadounidense, Luther George Simjian, quien en 1939 patentó una máquina que colocada en la pared de un banco permitiera realizar transacciones financieras.
El City Bank de Nueva York apoyó el proyecto del inventor e hizo una prueba piloto de seis meses. No obstante, el cajerofue removido debido al poco interés de la clientela del banco neoyorquino.
El espíritu de inventiva hizo que, en 1968, el Banco Barclays dejara atrás los cheques con carbono 14, gracias al sistema con tarjetas de plástico y PIN del inventor escocés James Goodfellow.
En 1969, se instaló el primer cajero con tarjetas plásticas de código magnético en el Chemical Bank de Nueva York. Por otro lado, en 1972 Banamex instaló el primero de México y también de América Latina.
John Shepherd-Barron murió a los 84 años, en el 2010. Aunque se le adjudique la idea de los cajeros automáticos, él creía que su uso en el futuro será muy diferente y que nuestra sociedad ya no utilizará dinero en efectivo.
«El dinero cuesta dinero para el transporte, por lo que predigo la desaparición del dinero en efectivo dentro de tres a cinco años», decía. Creyó, también que pronto estaríamos deslizando nuestros teléfonos móviles en los puntos de venta, incluso para pequeñas transacciones. Cosa que actualmente ya está ocurriendo.
Sergio Uzeta
Comunicador y Periodista
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