Hablar de testamentos o herencias, si bien es relevante, suele ser un tema que a muchos no les gusta tocar porque puede implicar la pérdida de un ser querido, sin embargo, es un asunto de importancia.
Cuando pensamos en nuestras finanzas, generalmente no pensamos en ellas después de nosotros; pero el patrimonio que dejamos también nos concierne. Esencialmente, son una herencia o una secuencia de los bienes, derechos y obligaciones que no se finalizan tras nuestra muerte.
¿En qué documentos se dejan?
La herencia se formaliza en un documento legal testamentario. Existen variaciones de este. Puede ser público y abierto, que es realizado ante un notario público y es considerado el método más confiable para muchos.
Puede ser público y cerrado; el cual se guarda en un sobre sellado y se presenta al notario ante testigos.
También puede ser público simplificado, que deja una casa, habitación, departamento o terreno a uno o varios herederos, u ológrafo, que es escrito a puño y letra del testador y es entregado a una autoridad correspondiente. Éstas sólo son unas categorías entre otras más especializadas.
¿Qué necesito para hacer un testamento?
Procesar un testamento es bastante simple. Debes hacer una cita con un notario público y llevar tus datos generales, más pensar en herederos (personas que obtendrán el título general de los bienes) y legatarios (personas a quienes se les dejan bienes específicos).
Adicionalmente debes tener sustitutos para los previamente mencionados y un albacea, quien se encargará de administrar los bienes hasta que se asignen a los correspondientes individualmente.
¿Cuántas veces los puedo cambiar?
Está pregunta es muy frecuente. El testamento se puede cambiar las veces que uno quiera. Es completamente posible alterarlo para considerar nuevas situaciones como nacimientos de hijos, divorcios, adopciones, etc.
Es importante saber que, si se modifica, la última versión es la única que se considera válida, y que los requisitos son los mismos que la primera vez que se procesó.
¿A qué edad debo de hacer mi testamento?
En México, un testamento se puede gestionar tan temprano como los 16 o 18 años; y aunque cualquier momento es bueno para preparar un testamento, hay veces en los que es más importante tener está preparación o hacer cambios a un testimonio anterior.
Uno de esos es al momento de contraer matrimonio, tras el nacimiento de un hijo o siguiendo el divorcio. Sea cual sea el motivo de impulso, es importante contar con este documento que potencialmente puede “cuidar” de nuestros seres queridos más allá de nuestra vida.