Es poco probable que la mayoría de nosotros aceptemos no ser expertos en finanzas, pero no se necesita ser un genio del dinero para salvarnos de nuestros propios errores económicos.
Saber identificar nuestras áreas débiles, potencialmente puede salvarnos de una catástrofe; por lo que es importante considerar comportamientos que afectan severamente nuestras finanzas como los siguientes:
No medir
Entre las cosas que nos encanta hacer a diario para perjudicarnos está darnos pequeños (o grandes) lujos sin calibrar nuestro dinero. Comemos fuera con frecuencia, tomamos un café grande a diario en Starbucks, compramos cualquier cosa que se nos atraviese y nos llame la atención o gastamos grandes sumas en lo último y novedoso. Tenemos que empezar a vivir la regla básica para el rendimiento del dinero: el que algo nos alcance no significa que debamos comprarlo.
Siempre usar la tarjeta de crédito
Aunque las tarjetas de crédito sacan de apuros, es muy fácil utilizarlas excesivamente para cosas innecesarias, simplemente porque están a nuestro alcance. Sin embargo, no ponernos límites puede endeudarnos gravemente.
Temerle a las cuentas
No enfrentar dónde estamos en el consumo de nuestro dinero es una manera segura de no mejorar. Presupuestar para calcular dónde nos encontramos con nuestros gastos y dónde queremos estar es una buena técnica para controlar a dónde se va nuestro dinero y medir nuestros logros.
No priorizar
Frecuentemente gastamos de más porque le damos prioridad a compras de impulso y después no tenemos más opción más que gastar en lo indispensable. De igual manera, fracasamos en pagar las deudas más urgentes si no sabemos cuáles son, porque el tema en general nos es incómodo. Pero no saber jerarquizar nuestras urgencias nos lastima económicamente.
No ahorrar
CONDUSEF estima que el 40% de los mexicanos no ahorramos, y que del otro 60%, otro 43.7% utiliza métodos informales, y posiblemente, poco confiables. La realidad es que muchos no vemos esto como prioridad cuando empezamos a generar ingresos, por lo que lo aplazamos hasta que nos convencemos que el día lejano en el que sea necesario se manifestara por sí sólo. Sin embargo, este puede ser el hábito más importante.
Esencialmente, es un colchón en el caso de que sí se encuentren devastadas nuestras finanzas. El momento para empezar a ahorrar, contrario a la noción que muchos tenemos, es en cuánto empezamos a ganar dinero.