Los mineros de criptomonedas son la parte más importante de la red del dinero, al igual que el comercio, la minería de criptomonedas es una inversión.
Ellos brindan un servicio de contabilidad a sus respectivas redes, contribuyen con costosos y poderosos equipos de cómputo para resolver complicados acertijos criptográficos y de esta manera confirmar y registrar una transacción en libro público Blockchain
Los acertijos criptográficos se vuelven cada vez más difíciles de resolver, esto por el aumento de personas que intentan resolverlos al mismo tiempo. Mientras más popular se vuelva una criptomoneda, más gente intentará explotarla y más difícil se vuelve conseguirlo.
Por ejemplo, cuando se creó Bitcoin por primera vez, la recompensa por una minería exitosa fue de 50 BTC. Ahora, la recompensa se sitúa en 12.5 Bitcoins. Esto sucedió porque la red de Bitcoin está diseñada de modo que sólo puede haber un total de 21 millones de monedas en circulación.
Hace algunos años, personas lograron conseguir miles de dólares minando criptomonedas, pues únicamente era necesario algún equipo computacional lo suficientemente poderoso para resolver los problemas criptográficos.
Sin embargo, en estos momentos, la minería sólo puede ser rentable si se invierte en equipo de cómputo de grado industrial y en pagar grandes facturas de electricidad.
Actualmente, algunas criptomonedas ofrecen mayor costo-beneficio a la hora de minarlas como: Litecoins, Dogecoins y Feathercoins. Con ellas se pueden ganar entre 50 centavos a 10 dólares diarios utilizando equipo de cómputo de grado Gaming.
Todos estos factores hacen de las criptomonedas una carrera de armamentos extremadamente competitiva que premia a los primeros usuarios. Sin embargo, dependiendo de dónde viva, las ganancias obtenidas de la minería pueden estar sujetas a impuestos y a las regulaciones de Transmisión de Dinero.