En lo que va del año ha sido muy difícil para la mayoría de los automovilistas, lograr que el tanque se llene, cada vez es más común ver la aguja bajar que subir. Aquí te explicamos por qué pasa esto.
Los precios internacionales del crudo y de los petrolíferos se han estabilizado, lo que ha generado una tendencia a la baja en los precios de los combustibles en el extranjero no siendo así el caso de México.
En los últimos 12 meses los precios se han incrementado sostenidamente, por ejemplo, la gasolina magna pasó de 15.57 pesos por litro a 19.59 pesos del año pasado al actual, lo que representa un aumento de 25.8%.
La gasolina premium, por su parte subió de 17.39 a 21.06 pesos por litro, equivalente a un incremento del 21.1% en un año.
¿Pero por qué sube y sube, se frena, baja y vuelve a subir?
La respuesta tiene más que ver con los componentes de los que están hechos las gasolinas mexicanas, por ejemplo el WTI y el BRENT que influyen en el costo final de la mezcla así como las siguientes otras variables: precio de referencia, margen de refinación, la logística (transporte), ajuste por calidad, Impuesto Especial a Producción y Servicios (IEPS), IVA y IEPS de entidades federativas.
Los elementos que influyen la alza de precios son:
1. La Referencia
El mercado nacional se abastece de las refinerías de la costa Este de Estados Unidos, que producen combustible a menores costos que Pemex. Por eso, la Secretaría de Hacienda decidió tomar como referencia esta zona para calcular los precios al interior del país.
2. El margen
Se refiere a todos los costos asociados al proceso de llevar el combustible desde la refinería a tu coche. Cuando importa gasolina, Pemex gasta en la logística para traerla. A veces la gasolina viene por ductos o por barco, pero la mayoría llega por pipas y vehículos similares. Por carretera, el costo puede llegar a ser 13 veces mayor. Y cuando se produce en el país, los gastos vienen de la refinación. Todo esto se suma al precio final.
3. El IEPS
El Congreso quiso asegurar los ingresos del Estado mediante el cobro de un impuesto especial (IEPS) a la gasolina. Este impuesto es relativamente nuevo, ya que antes el Gobierno lo subsidiaba, en lugar de transferir esa alza directamente al consumidor y supone cerca del 33% de cada litro de combustible que pagas.
A pesar de que el IEPS, los precios de referencia y el tipo de cambio se han estabilizado, el precio de la gasolina en nuestro país no baja debido a los costos de logística y de retail (margen de ganancia de los gasolineros), debido a que todos los importadores, salvo Exxon, están utilizando la red de distribución de Pemex, así que quedan a merced de la disponibilidad de la paraestatal y a los precios que imponga en un sector altamente demandado.
4. Otros Conceptos
En esta parte tiene que ver con el famoso IVA o impuesto al valor agregado. Si le agregamos que las estaciones de servicio deben pagar en algún momento el Impuesto Sobre la Renta (ISR), esto quiere decir que por cada litro de gasolina pagas de impuestos entre el 38% y el 52% sobre el precio total.
Banda de Precios
Aquí se aplica una formula en la que se mide un máximo y un mínimo de +/- 3%. Esto es una buena noticia relativa: los precios de la gasolina ya están muy cerca del límite superior, así que no podrán subir más (a menos que uses diésel).
Finalmente, la diferencia en los precios entre Estados Unidos y México no tiene que ver con las refinerías o con que importemos gasolina, sino con la serie de componentes que forman los precios, los cuales varían de estado a estado en Estados Unidos, a diferencia de nuestro país que tiene una ley uniforme que especifica cómo se conforma el precio.
Así que no, ahora ya sabes, construir más refinerías no contribuye en nada a bajar el precio de las gasolinas, la única forma de ver costos reducidos es mediante el flujo de reducción de las importaciones, pero tales aumentarían los costos de crudo para abastecer los nuevos centros de producción. Por eso sube y bajan los precios de la gasolinas.