Cuando se agudizó el problema del desabasto de gasolina muchas voces se levantaron para advertir sobre los efectos de una menor movilidad de bienes y servicios.
También del dinero en efectivo, el contante y sonante, para abastecer a las sucursales y a los cajeros automáticos que para la gran mayoría de los clientes es el principal punto de encuentro con el sistema bancario.
Pronta respuesta
Las preocupaciones se generalizaron rápidamente que incluso la Asociación de Bancos de México (ABM) aclaró que el abasto de efectivo estaba garantizado.
Para ello las empresas de servicio de traslado de valores contaban en sus flotillas con unidades que trabajan con gas y que las instituciones además cuentan con un plan de contingencia.
Aunque no se especificó de qué se trata, para evitar desabasto de billetes y monedas.
Por fortuna la distribución de combustibles comienza a regularizarse aunque todavía no hay certeza, incluso por parte del nuevo gobierno, de cuándo se solucionará la situación y tampoco sus repercusiones económicas.
Odiosas comparaciones
Este llamado de alerta no sólo tiene que ver con el combustible sino con la alta dependencia de la economía mexicana del dinero en efectivo.
Y es que información oficial detalla que el promedio de uso de efectivo en México es de 93% que está en línea con otros países como China y Brasil, pero muy lejos de Estados Unidos con 55% y de Suecia que se ubica en 41%.
Problema mayor
Y más allá de que tengas que reforzar las bolsas del pantalón o los monederos para cargar tus billetes y monedas, y redoblar tus medidas de seguridad, un alto uso de efectivo genera muchos otros problemas estructurales como la corrupción, actividades ilegales, evasión fiscal y la informalidad.
Por eso las autoridades trabajan desde hace varios años en el llamado proceso de bancarización para que cada vez más personas tengan acceso a servicios bancarios y medios de pago distintos al efectivo, pero el reto es mayúsculo sobretodo cuando hay más incentivos de seguir palpando el dinero.
Por ejemplo, negocios disminuyen precios cuando el pago es en efectivo y castigan el pago con tarjeta de crédito o débito con una comisión que se sacan de la manga.
Una posibilidad
El nuevo gobierno cree que la mejor manera de disminuir la corrupción, una de sus principales banderas políticas, es bajar progresivamente el dinero en circulación mediante la incorporación de 30 millones de ciudadanos al sistema y que conozcan el uso de medios digitales o incluso del propio teléfono celular para que se convierta en un medio de pago.
Esto necesariamente obliga a crecer la infraestructura no sólo de pagos de servicios sino de retiro de billetes que seguirá teniendo una fuerte presencia porque a mucho todavía nos gusta acariciar los billetes en la cartera para sentirnos más seguros y confiados.
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Roberto Aguilar
Tengo más de 20 años de experiencia en el periodismo económico y financiero en los medios más importantes de México. Estoy convencido que la mejor manera de sacarle todo el provecho a los servicios financieros y bancarios es conociéndolos, usándolos y cumpliéndoles. Soy Libra y mi perro se llama Elmo.