Invertir en una franquicia puede sonar como una excelente idea, pero antes de destinarle toda tu capacidad económica, indaga un poco para saber si es para ti.
Te recomendamos hacerte las siguientes preguntas
¿Quién no debería de invertir?
Si eres un emprendedor que busca realizarse a través de su originalidad y decisiones atrevidas, adquirir una franquicia no es para ti.
Las franquicias gozan de los beneficios de la homogeneidad; lo que para ti equivale a la limitación creativa.
¿Quién lo puede considerar?
Si buscas iniciar un negocio y deseas tomar el menor riesgo posible, la homogeneidad es tu amigo. Adquirir una franquicia te permite replicar un servicio o producto, y beneficiarte de la reputación que ya tiene.
Otro punto a favor es que además de celebridad, el franquiciante te puede pasar, como franquiciado, su conocimiento a través de un Know how, en el que un franquiciante o franquiciador (la empresa que concede la franquicia), pasa todo su conocimiento a un franquiciatario o franquiciado (persona que obtiene el derecho a tal franquicia).
Esencialmente, al obtener una franquicia te conviertes en una extensión de algo cuyo éxito ya está probado y comprobado.