México ha visto un inicio de año difícil. No obstante, los mexicanos nos hemos comprobado que con todo y la falta de gasolina, nada nos puede detener.
Ciertamente han sido días duros para los habitantes de algunos estados, incluyendo a la Ciudad de México porque los conductores han debido soportar muchas horas en filas para poder cargar combustible.
Sin embargo, aquí hay algunas de las cosas que este reto nos ha enseñado:
1. Paciencia
Aún con personas empujando coches a cuadras de las gasolineras y con filas de una hora, dos horas, nueve horas y todavía más, hemos puesto en práctica una de las cosas que más le cuesta esta ciudad que vive por el acelero: paciencia.
2. Caminar
Estamos acostumbrados a conducir para recorrer incluso las distancias más cortas, pero el desabasto de gasolina nos está corrigiendo. Para los que generalmente se mueven en coche, la situación los obligó a ahorrar y conocer la ciudad a pie (lo que también ha mejorado la calidad del aire, según el Sistema de Monitoreo Atmosférico).
3. Anticipar
La situación también puso en práctica nuestra capacidad de pensar en la consecuencia de nuestras acciones y preparar. “Si tomo esta ruta, gastaré más gasolina”. “Si salgo a cenar, no me alcanzará el tanque para ir al trabajo mañana.” “Si no hago fila antes de que sea urgente, puedo quedar en aprietos”.
4. Priorizar
En adición a la anticipación, hemos aprendido a discriminar lo que es urgente, de lo que no. Aprender a priorizar es una estrategia esencial para cualquier ámbito de la vida: profesional, personal, emocional, etc.
5. Sonreír
En este momento, no faltan razones para llorar, pero ante las adversidades, tal como siempre lo hemos hecho, los mexicanos tomamos la decisión de cantar…con el mariachi en la fila de la gasolina.
6. Encontrar soluciones
Finalmente, nuestra historia nos demuestra una y otra vez que somos imparables. Si se tienen que mover montañas, nos juntamos para moverlas.
Estas semanas hemos hecho eso, y de algún modo también encontrado la manera de seguir con nuestras vidas.