Es sabido por todos que empezar un negocio es una labor además de enriquecedora, titánica a la vez, pero la parte más difícil de todas es hacer tu primer cliente, de ellos derivan todas las estrategias subsecuentes en el futuro de tu negocio.
Factor juventud
Si eres muy joven y decidiste incursionar en el fabuloso mundo del emprendimiento ¡Te felicitamos!
Empezar temprano supone una gran ventaja sobre la gente que lo hace tarde cuando ya tiene compromisos sociales, como hijos y pareja.
Cuando eres joven o veinteañero gozas de disponibilidad de tiempo, recursos ajenos, energía suficiente para ensayo y error, que no supone un gran riesgo, debido a que no tienes dependientes económicos, como si sucede con la gente más adulta.
Si ya tienes la idea, el producto o servicio y sólo te falta ponerlo en marcha te sugerimos leer nuestra nota sobre “Google Mi Negocio” en nuestro blog.
Ahí te damos todos los pasos para darle “Iniciar” a tu empresa, después que ya tengas echada andar la maquinaria y lo hayas publicitado en BTL o ATL, sólo te queda esperar la llegada de tu primer cliente.
El anhelado primer cliente
Cuando aparezca este individuo o grupo, debes ganarte su confianza desde el primer momento, no importa que seas joven y no tengas experiencia en los negocios, ser honesto y dedicado es la clave del éxito en cualquier área.
Recuerda no hay mejor publicidad que un cliente satisfecho, sus opiniones pueden llevarte a alcanzar notoriedad de donde menos te lo imaginas.
Sueña en grande y comienza en pequeño
Establece metas reales a corto, mediano y largo plazo que puedas cumplir, esto con la finalidad de que consigas buenos resultados y atender a tus proveedores y clientes por igual.
Trata bien a tus proveedores, distribuidores y clientes
Tus materias primas también son la materia de tus sueños, sin buenos insumos, elementos o ingredientes es imposible dar un servicio extraordinario, por ello te recomendamos tener una magnifica relación con tus proveedores, para que nunca te falle el surtido cuando lo necesites en la manufactura de tu producto.
Con tus distribuidores ten buenos acuerdos para llegar a puntos clave de consumo, no importa que no estés en todas partes, pero sí que estés donde seas un éxito.
En cuanto a tus clientes, pregúntales su opinión sobre su experiencia, su interacción con el servicio, hazlos sentir involucrados, ya que ellos son el eslabón más importante en la cadena de venta.
Con todos estos puntos es muy probable que hayas acumulado conocimientos que en ningún manual de operaciones viste, sólo el tiempo y la praxis te permitirán pulir errores y mantener aciertos en tu negocio.
Prometer más de la cuenta
No cometas el típico error del novato emprendedor, que acepta todas las condiciones y exigencias del cliente, recuerda esto, no siempre el consumidor tendrá la razón.
Pero hay que tener criterio de discernimiento, si tú incumples en algo como entrega, cantidad, calidad, precio, costos, mano de obra y logística es tu responsabilidad, pero si no le gusta no le queda o no es lo que esperaba y no está dentro de tus políticas cambiar productos o servicios estás en tu derecho no hacerte cargo de ello.
Apóyate en gente con experiencia
Repítete esto una y mil veces “No tengo porque dominar todas las áreas, delegar funciones está bien”.
Cuando comprendas ese mantra podrás no sólo aprender mucho de quienes si gozan del conocimiento del cual tu adoleces, sino que podrás fluir con mayor gracia.
Te recomendamos cazar talentos para crear un equipo robusto y multidisciplinario.
Así no sólo tu negocio estará a salvo, sino que tú mismo estarás tranquilo de saber que te puedes respaldar en gente capaz que no te dejará morir solo.
Equipo fuerte
Los clientes se enamoran de las empresas que se sienten como un todo, como una familia y no como entidades sectarias, es decir partes ajenas de la institución; si tienes un equipo motivado, feliz y constantemente capacitado todo esto le suma valor a tu empresa.
Los clientes aman las historias de los negocios pequeños con grandes ambiciones, por ello establecer objetivos claros, mantener la modestia y mucho amor al trabajo harán que tu producto se valide continuamente, ello se traduce en dos cosas: ventas y reputación.
Por eso te sugerimos que inicies con un problema por resolver, desarrolles una solución, trabajes con convicción y que te mantengas con bríos, para superar la caducidad del tiempo, que casi siempre es de dos años de vida en un negocio.
Si has superado la prueba de fuego que es el gusto del cliente y la marca del tiempo, es un hecho que podrás mantenerte por un largo lapso en el mercado.
Comprométete de lleno con tu manual de operaciones, mantén enamorado a tu personal de trabajo y brinda la mejor atención a tu público, para que te vuelvas el favorito en tu rango. ¡Mucho éxito emprendedor!