Conforme cambian los roles de género, así como los estilos de vida y las expectativas se vuelven difusas, surgen nuevas preguntas como “¿Quién se queda en casa a cuidar a los niños?”
Estar en un matrimonio o relación conlleva incontables aspectos emocionales, sociales, culturales, etc. Pero fundamentalmente, estar en cualquiera de los dos implica llegar a un acuerdo de convivencia.
Estos pilares se forman casi enteramente desde la comunicación. Se tiene que ceder y aportar de ambas partes de manera equitativa para evitar desacuerdos o insatisfacción.
¿Esto qué tiene que ver?
Dentro de los problemas maritales más relevantes de hoy en día se encuentra el famoso, “¿Quién hace los quehaceres en casa y quién se dedica a criar a los hijos?”
Las parejas en las que ambas partes buscan realizarse en su profesión temen hacer esta pregunta, como si en los posibles escenarios uno sale perdiendo y otro sale ganando. Pero tu pareja no es tu competencia, es tu equipo.
Como cualquier otra decisión en una relación, debe de haber una conversación al respecto. Si se da por hecho que se llegó a un acuerdo sin hablar, se corre el riesgo de que una persona considere la decisión injusta.
Soluciones
No hay un modelo que se adecúe a todas las relaciones. Cada una es individual, por lo que la manera de afrontar el problema debe ser personalizado.
A algunos tal vez les conviene contratar un servicio que realice los quehaceres y cuide a los niños, mientras a otros les puede funcionar dividir o turnar las tareas.
Lo único que sí se puede decir con certidumbre es que debe existir una conversación que considere el mejor interés de las dos personas.
Es preferible romper con los esquemas culturales o retarse a uno mismo a ceder un poco, que acumular tensión y resentimiento.