Los pagarés, un viejo amigo financiero

Los pagarés constan de dos partes, un deudor y un acreedor. El primero le pide dinero al segundo, el segundo se lo da con la condición de que se lo restituirá en forma y fondo en una fecha estipulada.

Los pagarés existen desde la época de los fenicios, en ese entonces los comerciantes pedían crédito para poder ir con sus proveedores a tierras lejanas y abastecerse de producto que traerían a la venta al mercado o puertos cercanos. Acudían a los contadores públicos u hombres poderosos para conseguir la cifra deseada. Una vez logrado el préstamo en ese entonces se pedía una garantía en prenda o se cobraba con la vida.

Los tiempos visiblemente han cambiado y ya no te matan por no pagar, pero te pueden encarcelar por incumplimiento de contrato, por eso en esta ocasión profundizaremos en las partes en un convenio de pagaré y qué responsabilidades tiene cada involucrado.

¿Qué es un pagaré?

Es un documento que supone la promesa de pago a alguien. Este compromiso incluye las condiciones que promete el deudor de cara al acreedor, es decir, la suma fijada con una moneda o bien como pago y el plazo de tiempo para realizar el mismo.

Partes involucradas

Para que todo sea muy transparente deben estar presentes un abogado notarial y un contador, así el acreedor y el deudor se sienten cómodos con la transacción. El pagaré es creado y emitido por el deudor haciéndose responsable de los cargos, y fechas a liquidar, así como dar fe de estar de acuerdo con las penalizaciones si incumple con el convenio. Mientras que la letra la otorga el acreedor al dar concluida la transacción.

Regulación de pagarés

Los pagarés los pueden dar tanto personas físicas como morales, sólo cambian los candados en cuestión de garantías, pero los requisitos son los siguientes:

  • Debe constar por escrito en el título del documento que se trata de un pagaré. Además, debe expresarse en el mismo idioma que el resto de la redacción.
  • El compromiso incondicional de realizar el pago anotado en una cantidad fijada en determinada moneda.
  • El vencimiento debe estar indicado, es decir, la fecha límite de validez del documento.
  • El lugar elegido para que el pago tenga lugar.
  • Indicación del nombre del tenedor o destinatario que se beneficie del pagaré, que puede ser una persona física o también jurídica (empresas o sociedades)
  • La fecha y el lugar en el que se firma el compromiso.
  • Firma personal de la persona suscriptora que se compromete a pagar.

Una vez leído y firmado el pagaré entra en vigor hasta que llega el último plazo, pero a veces sucede que el deudor o acreedor no pueden cobrar o recibir el dinero/pago entonces tiene la posibilidad de valerse de  la transmisibilidad en la que puede circular de mano en mano sin que éste pierda su validez o carácter legal.

Por ejemplo:

Si yo Paty no le puedo pagar a Enrique mi socio, mi hijo Samuel puede hacerlo o si Enrique no puede recibir el dinero, su esposa puede hacerlo. Lo que se busca es que el pacto se cumpla y el bien liquidado.

El pagaré es un instrumento financiero muy arcaico pero efectivo que sigue tan vigente ahora como lo fue para los primeros comerciantes mesopotámicos.

Es un documento con grandes posibilidades en la que permite el financiamiento y crédito a la par de mantener un compromiso, este simple papel conjuga el dinero y el honor, por eso su valor es alto, poniendo en una posición delicada a quien incumple con el.

Ya sabes cómo utilizar dicho instrumento para conseguir dinero tanto con personas físicas o morales de modo más tradicional.

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