Por lo general, el dinero y el bienestar no aparentan estar directamente relacionados, pero cuando se analizan más a fondo, no es sorprendente que, en este mundo, están extensamente vinculados.
Si te encuentras preocupado por el dinero, algo en tu vida no está bien. Puede ser que tengas muchas deudas, que no te alcance para las cuentas del mes o que no te puedas recuperar de gastos difíciles.
Sea cual sea el motivo, la preocupación por el dinero te puede estar ocasionando malestares significativos que pueden tener repercusiones en otras áreas de tu vida. Observa tu vida económica, y pregúntate si hay algo que pudieras realizar para mejorarla.
Vive conscientemente
Esto es bueno para cualquier ámbito de la vida en general. Cuando el dinero se utiliza de manera consciente, hay mayor conocimiento de los consumos que verdaderamente hacen a uno feliz e infeliz.
Puede ser que simplemente tengas que estar presente cuando tomas tu té favorito de Starbucks o te comes el chocolate que escogiste en la caja registradora.
Además de esto, lo más seguro es que sí veas un cambio en la manera que eliges y priorizas tus gastos; empezando con las cosas que metes al carrito del súpermercado y terminando con mayor discernimiento de lo que consideras importante y lo que no.
Tener una buena relación con el dinero
Si no le pierdes el miedo a las finanzas, el dinero en lugar de ayudar va a perjudicarte. Es un área donde no quieres, y no te conviene, perder el control; entonces trabaja en tu percepción del dinero.
Si le estás dando demasiado poder en tu vida, toma conciencia de que la fuerza que toma las decisiones de cómo utilizar el dinero eres tú. Si es un gran problema para ti, contempla qué cambio debes realizar en la manera que lo gastas para que ya no lo sea.
Sé realista
Si te afliges porque no has logrado ser millonario de la noche a la mañana, debes darte una dosis de realidad. Tener una noción falsa de los límites, al igual que los alcances de tu dinero, seguramente te traerá problemas.
Para mantener los pies sobre la tierra revisa tu balance, crédito y presupuesto frecuentemente.
Establece metas
Trabajar por estar donde te quieres encontrar financieramente impide que te estanques o que des pasos hacia atrás en tus finanzas. En general, tener metas es sano porque te mantiene motivado y te impulsa para seguir adelante.
Encuentra una excusa para mantener tus cuentas en buen estado y aférrate a ella; puede ser cualquier cosa, desde ahorrar para un viaje que siempre has querido hacer, a salir de deudas y mantenerte así de una vez por todas.
Priorizar el dinero sobre la salud no soluciona nada. En lugar de eso, cuestiónate y pregúntate si tu dinero está contribuyendo a tu bienestar, o si hay algo que debas hacer para que deje de causar su deterioro.