Manejo sano de tarjetas de crédito

En general, vivimos con la noción de que las tarjetas de crédito son de lo más traicioneras y que si nos descuidamos un segundo nos van a engañar, pero todo radica en saber cómo la usamos óptimamente.

Cuando nos preocupamos de que en cualquier momento nos encontremos gastos por arte de magia, significa que nosotros no estamos completamente seguros en qué la utilizamos y tenemos miedo a enfrentar la realidad.

¿Qué debemos hacer en un inicio?

Para empezar, tenemos que establecer límites con nosotros mismos. Debemos saber para qué vamos a usar las tarjetas y para qué no. Una manera fácil es decir que no vamos a gastar en cosas que excedan cierta cantidad, no haremos compras de más de la mitad de nuestro ingreso mensual o no utilizaremos tarjetas para compras compulsivas e innecesarias.

Recordemos que este dinero no es nuestro y en algún momento lo tendremos que pagar. Si no tenemos este contrato personal, es muy fácil que nuestro uso de tarjetas se salga de control. En otras palabras, seamos responsables.

De igual manera, si nuestra tarjeta nos sigue sorprendiendo seguramente es porque no la conocemos. Siempre hay que tener a la mano cuándo es la fecha de pago y de corte.

Es preferible programar una alarma para no utilizar la tarjeta la última semana o días antes de estas fechas. Así que, poniendo el uso de nuestro plástico en pausa nos da la oportunidad de no agravar el pago próximo a último momento.

Más importante, si no conocemos la tasa de interés puede ser que ni siquiera nos convenga tenerla. Si solemos olvidar pagar nuestros adeudos a tiempo y nuestro interés es alto, empecemos a considerar una alternativa más adaptada a nosotros.

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Pagar a tiempo

Lo ideal sería nunca pagar tarde; pero si nos lo proponemos mes con mes y nos sigue pasando, es tiempo de hacer cambios que no nos perjudiquen gravemente.

Finalmente, aunque no lo creamos, no conocernos también puede hacer que abusemos de nuestros plásticos. Si pagar nuestros adeudos a final de mes se convierte demasiado difícil, hay que considerar para qué es completamente indispensable la tarjeta de crédito.

Para algunos servicios como la luz, el agua, el gas y demás, el plástico puede ser una herramienta que facilita un pago; pero tal vez para otras cosas nos perjudica más de lo que nos ayuda.

Observando nuestros hábitos es la mejor manera saber cuándo nos sirve la tarjeta y cuándo es mejor dejarla en casa.

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