¿Cómo me afecta emocionalmente deber dinero?

¿Te ha pasado que no puedes dormir porque un problema de dinero no te deja en paz?, o ¿se te empezó a caer el pelo por pura preocupación? Seguramente tienes dificultades financieras y las estás somatizando.

Ante diversas preocupaciones tu mente decide descargarlas o expresarlas de diferentes maneras, para liberarse de la angustia y el estrés que las atrapan.

Las deudas tanto morales como económicas suelen acarrear efectos desoladores en las personas, siendo la ansiedad su peor rostro.

Como ya te lo hemos mencionado en otros consejos financieros, utiliza el Método Snowball, aprobado por estudiosos de Harvad Business School, que nos sugieren pagar nuestros pendientes pequeños para restar malestar en nuestra psique y permitirnos respirar para enfocarnos en las deudas más grandes.

Tu cuerpo es una esponja

Absorbe todo lo que le acerques desde el afecto puro de tus padres, hasta el éxtasis colectivo en un partido de fútbol, él responde a todos los estímulos que le presentes, por eso se cuidadoso con los sentimientos y emociones que guardas o envías inconscientemente a algunas partes de tu cuerpo.

Regularmente una persona que es jefe de familia y mantiene a 3 o 4 personas tiene una carga muy pesada, no sólo porque deba pagar las cuentas sino porque debe ser un ejemplo de integridad e inspiración para su familia.

Cuando te ves sobrepasado por las necesidades y vicisitudes del entorno es muy fácil que su cuerpo se debilite e incluso que se lastime, siendo el cuello y la espalda las zonas más propensas a lesionarse.

Esos dolores obedecen a la carga que lleva en hombros y que lo satura, si no es atendido pronto, psicológica y corporalmente, suelen ser más evidentes y se presentan como migrañas, gastritis o incluso infartos.

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Deber alguna cantidad no únicamente significa tener una deuda pendiente, es tener que soportar llamadas incómodas y constantes, recordatorios, insultos y a veces amenazas.

Consecuencias

Las personas que se someten a esta clase se situaciones se ven más envejecidas, tristes y hasta inseguras; la morosidad empieza a hacer que tomen malas decisiones en otros ámbitos, siendo el más común pedir otro préstamo para pagar el que tienen latente.

Muchas veces sucede que los acreedores no comprenden o no buscan dar soluciones a los deudores, lo cual hace más duro para el moroso ponerse al día con sus pendientes.

A nivel personal tanto el que presta como el que debe experimentan miedo, ambos están preocupados porque uno teme haber perdido una suma grande que no pueda recuperar en el futuro y el otro por no juntar el dinero en el plazo estipulado para pagar. Por tales razones es muy común que ambas partes estén irritables, nerviosas e incluso fuera de sí, generando un entorno muy hostil para todos los de su cercanía.

La causa más grande de endeudamientto para las personas entre 24 y 52 años de edad, es el mal uso de tarjetas de crédito, esto se debe a que no hacen caso del corte, pagan el mínimo o saturan tanto su tarjeta como la de su conyuge, alcanzando intereses altísimos y deudas voluminosas que pese a no ser tan grandes en apariencia lo son en temporalidad, lo que empezó siendo una deuda de 100 mil pesos terminó en una de 179 mil dependiendo del CAT y otras variables.

Nuestro consejo primordial

Reconoce verdaderamente tu capacidad de pago, es decir, sabiendo cuánto ganas será proporcional al cuánto puedes gastar, la congruencia con la erogación de gastos debe de ser vital, sino tú solito te diste un tiro en el pie.

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Después te recomendamos ser constante con tus pagos no dejes que se te escapen las fechas o las citas, si ves que no puedes saldar el plazo, renegocia tu deuda siempre es mejor hablar, a esperar que te aplasten los intereses y pierdas tu salud, tu patrimonio y tu familia.

Por último, si estás en vías de liquidar ese pendiente te recomendamos hacer mucho ejercicio ya que así mantienes la claridad en tu cabeza y cuidas de tu cuerpo. Habla con alguien de confianza y ve la manera de hacerte el menor daño posible, el dinero viene y va tu salud no.

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