Ejercer completo control de lo que pasa en nuestras vidas es imposible; pero también es cierto que donde sí podemos tomar las riendas, decidimos no hacerlo, tal como sucede con el ahorro.

Cuando se trata de ahorrar, por ejemplo, nos convencemos de no hacerlo a pesar de los obvios beneficios. Aquí hay algunas de las cosas que nos decimos para no ahorrar:

1. Empezaré a ahorrar mañana

Siempre contamos con un mañana para hacer mejores decisiones financieras. Pero, ¿por qué empezar a ahorrar “mañana” es mejor que empezar hoy? Es un engaño que nos decimos para no sacrificar el dinero que gastamos ahora.

2. Tengo otras prioridades

El problema de esta excusa, es que nunca es prioridad, hasta que ya lo necesitas. En otras palabras, hasta que es demasiado tarde.

El punto del ahorro, es hacer crecer la reserva de dinero poco a poco. Por esto, es prioridad todos los días; aunque no siempre se vea la urgencia.

3. El ahorro toma tiempo

El problema con este pretexto es que el tiempo se viene encima sin que te des cuenta. Tal vez hoy sí tienes tiempo de sobra, pero tratándose de algo que te hace bien, siempre es mejor iniciar antes que después.

4. No sé dónde empezar

Esto no debería ser un obstáculo. Empezar a ahorrar únicamente consta de guardar dinero en un lugar seguro, donde no lo vayas a gastar (cuenta de ahorros, alcancía, etc.). En nuestra cabeza lo hacemos más complicado de lo que verdaderamente es.

¿Qué puedes hacer al respecto?

Ten por escrito que hoy mismo (o mañana si es muy tarde), abrirás una cuenta de ahorros. Es sorprendente que le tengamos miedo incluso a las cosas que son buenas para nosotros; pero no hay nada que temer.

No esperes a que llegue el momento que tengas que decir “ya no hay nada que puedo hacer. Es demasiado tarde”. Es mejor que aprendas, por tu cuenta, por las buenas, porque si esperas a que la vida te enseñe, solamente puede ser por las malas.