El sector de los servicios ha sido el principal motor del crecimiento económico de México durante la última década, pero en los próximos años la banca mexicana podría también ser protagonista.
México se caracteriza por tener un sector bancario fuerte y con una alta competencia.
A diferencia de otros países, tanto a nivel mundial como regional, tiene una baja penetración en la economía.
Es decir, el volumen de crédito que otorga todo el sistema financiero mexicano a las empresas y población en general es apenas del 20% del total de toda la economía nacional.
En tanto, países como Chile o Brasil ese porcentaje se eleva al 50 o 60 por ciento.
Las barreras
Parte de los factores que inhiben que la banca nacional aporte más a la economía es la alta tasa de informalidad.
De acuerdo con el INEGI, de cada 100 pesos generados del Producto Interno Bruto (PIB) en México, 23 fueron originados por los empleados informales. Seis de cada 10 personas en el mercado laboral están en la informalidad.
El hecho de que exista una alta tasa de informalidad en el país hace que los bancos endurezcan las condiciones para otorgar crédito
Esto debido a que hay un elevado riesgo de incumplimiento de pago por parte de las personas que no pueden demostrar sus ingresos.
A su vez, este riesgo hace que las tasas de interés sean elevadas y por consiguiente que haya una menor demanda de crédito por parte de las personas y las empresas.
Al tema de la informalidad le acompaña un marco legal débil.
En 2013 se anunciaron las reformas estructurales que pretendían potenciar el crecimiento del país, entre las cuales se incluía la reforma financiera.
Esta reforma pretendía darle al sistema financiero un marco legal sólido para incentivar el crédito, sin embargo, no hubo mayores avances.
Las cifras pintan bien
De acuerdo con la Asociación de Bancos de México, al cierre de 2018 el conjunto de bancos que operan del país incrementó la cartera de crédito total a 5 billones 185 mil millones de pesos, lo que significó un incremento de 9.3% respecto al 2017.
Por ejemplo, sólo a las empresas el crédito se incrementó en 12.5% anual, totalizando una cartera de crédito de 2 billones 559 mil millones de pesos. Los créditos para la vivienda se incrementaron en 9.9% y para el consumo 6.8% anual.
Las perspectivas son positivas
Ahora con la llegada de la nueva administración, parece haber una buena mancuerna con los bancos para facilitar el crédito en la economía.
Se han anunciado medidas para bancarizar a más población y reducir la informalidad en el mercado laboral.
Con la tecnología CoDi o QR, se reducirán los costos de los créditos y se podrá integrar a pequeños negocios a la formalidad.
La competencia entre bancos y Fintech es saludable, generando que ambas industrias desarrollen tecnología para abaratar costos y lleguen los créditos a más personas.
En conclusión, la banca mexicana tiene el potencial de convertirse en un aliado indiscutible del gobierno para generar crecimiento económico.
Además de las medidas anunciadas recientemente, creo que es necesario retomar la agenda de una reforma financiera completa, con un marco legal que garantice la seguridad de las instituciones bancarias.
Si se logra generar este proceso donde la banca sea un motor de crecimiento, nosotros como usuarios de servicios financieros seremos los más beneficiados.
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Jassiel Valdelamar
Soy economista egresado por la máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México, con amplios conocimientos en economía internacional, mercados financieros, política monetaria y finanzas públicas. Mi experiencia como analista y reportero en diferentes medios especializados sobre Economía, me ha llevado a darme cuenta que hace falta mucha educación financiera entre la población y que como economistas tenemos la obligación de poner un granito de arena en esta necesidad.
Felizmente casado y esperando a nuestro primer hijo.