Para continuar, deposite otra moneda

Las nuevas generaciones desconocen cómo nos comunicábamos hace algunas décadas. Y tal vez, no entiendan la frase “deposite otra moneda”.

Es muy probable que la referencia más inmediata de los teléfonos públicos provenga de sus padres o familiares porque de las casetas que había en muchas esquinas sólo quedan estructuras inservibles y pintarrajeadas.

Haré hincapié en la oración que le da nombre a esta columna: durante la llamada una voz anticipaba, amablemente, que era necesario más dinero para mantener la conversación.

“Para continuar deposite, sin colgar, otra moneda», fue una frase muy popular que bien podría resumir la situación que ya enfrentan todos los usuarios de los servicios de telecomunicaciones.

La telefonía celular y sus limitaciones

En los últimos 30 años la privatización de la empresa de telecomunicaciones y las inversiones en tecnología mejoraron progresivamente la disponibilidad y calidad.

Primero, de la telefonía fija y permitieron el nacimiento de la telefonía celular, pero los avances no se reflejaron necesariamente en los precios que por muchos años permanecieron muy altos y en algunos casos literalmente prohibitivos para ciertos estratos de la población.

Historia compleja

La historia del sector de telecomunicaciones ha sido muy intensa. Sobretodo en el ámbito de la apertura del mercado y de la competencia, o la llegada del Internet.

La preponderancia del operador de telecomunicaciones más grande del país se mantiene prácticamente intacta y ahora amenaza con revertir los efectos positivos de la baja en precios cercana a 40%.

Esto se vivió en los últimos 5 años en buena medida por una reforma, todavía incompleta.

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Sin embargo,  permitió aumentar el gasto de la población en estos servicios y contribuyó decididamente a la baja general de la inflación.

Golpe al bolsillo

A partir del mes pasado la empresa de telefonía celular con mayor número de clientes y control del mercado, no sólo incrementó sus tarifas.

También redujo la vigencia de las recargas, lo que tendrá un doble efecto para los usuarios de prepago que son la mayoría en el país.

Así, el beneficio comienza a revertirse y ahora encarecerá la facturación de los servicios.

Esto es, por la falta de cumplimiento de las medidas impuestas al operador preponderante que limita a los competidores a seguir mejorando su tecnología.

Lo anterior, es la mejor manera de abaratar nuevamente los precios.

Un antídoto

En las finanzas personales es crucial comparar los planes de telefonía celular para elegir el que mejor se adapte a las necesidades de comunicación.

En el portal Soy Usuario, que administra el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Procuraduría Federal del Consumidor, donde están todos los planes de telefonía, consejos para un mejor uso e incluso un espacio para presentar quejas por servicio o condiciones de los planes.

Lista de prioridades

Actualmente, la mayor preocupación de los clientes es la calidad del servicio y no necesariamente los precios.

Aunque con las medidas recientemente anunciadas quizás el tema del gasto escale en la lista y nos obligue a buscar mejores opciones.

Incluso a un uso más óptimo del servicio en tanto las autoridades no hagan cumplir totalmente las reglas a la empresa preponderante.

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Tal vez sea tiempo de volver a la época en donde los teléfonos nos daban 99 minutos a cambio de otra moneda.

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Roberto Aguilar

Roberto Aguilar

Tengo más de 20 años de experiencia en el periodismo económico y financiero en los medios más importantes de México. Estoy convencido que la mejor manera de sacarle todo el provecho a los servicios financieros y bancarios es conociéndolos, usándolos y cumpliéndoles. Soy Libra y mi perro se llama Elmo.

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